Abdí significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Abdí es una abreviatura del nombre Abdiel. Uno de los que se conocen es, el levita de la casa de Merarí quien fue padre de Quisí. Este fue nombrado como director de los cantores de la casa de Dios, después que el Arca del pacto se colocó en ese lugar. Se cree que fue contemporáneo Rey Saúl.
Vídeo sobre el significado bíblico de Abdí
También hubo otro levita que pertenecía a la casa de Merarí y fue el padre de Quis. Sobre su identidad, existe alguna controversia entre algunos especialistas en el tema. Hay quienes piensan que estos dos levitas eran la misma persona, debido a la similitud del nombre.
Personajes bíblicos con el nombre Abdí
Sin embargo, se ha comprobado que el segundo además de tener un hijo llamado Quís, vivió en el reino de Ezequías. En contraste con el primero, quien estuvo durante el mandato del rey Saúl. Por lo que hay una diferencia de más de doscientos años entre uno y el otro. Esta razón hace llegar a la conclusión, que fueron dos personas distintas.
Otro quien llevó el nombre Abdí fue un hombre de la familia de Elam. Este vivió después del exilio y juntos a otros israelitas no siguieron las leyes de Dios. Jehová les había ordenado que no debían casarse con mujeres extranjeras, porque esto era detestable a sus ojos. Además, esto contribuirá a que pueblo adorarán dioses extranjeros.
Por eso, cuando Esdras se encontró con esta situación, se sintió herido en el corazón, porque el pueblo nuevamente había traicionado a Jehová. El lloró y oraba, confesando los pecados del pueblo. Ante esto, una gran multitud se reunió y Secanías de la familia de Elam, le hizo una propuesta a Esdras para redimir sus pecados.
Secanías le dijo que le indicará al pueblo que debían despedir a sus esposas extranjeras y a sus hijos. Además, debían seguir los mandatos de su Dios y respetar sus mandamientos. Cuando Esdras le comunicó este mensaje a la nación, todos estuvieron de acuerdo.
Abdí actuó con diligencia para agradar a Dios
Abdí fue uno de los que actuó con diligencia y despidió a sus esposas con sus hijos, también hizo sacrificios para pedir el perdón de sus pecados. Esto fue agradable a los ojos de Dios y se reconcilió con su pueblo, porque habían cambiado los deseos de su corazón.
Aunque no era la primera vez que los israelitas cometían pecados que ofendían a su Dios, él siempre les dio la oportunidad de arrepentirse y volverse de su mal camino.