Teñido significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de teñido, es la acción de otorgarle color a tejidos y materiales artesanales de la época antigua. Era perfecto si alguien pedía ayuda para que sus vestimentas o telas no lucieran pálidas o desaliñadas.

El teñido contaba con un proceso en el que se empleaban diversidad de colorantes y pigmentos de tonalidades atractivas a la vista. Asimismo, se le consideró un arte que se fue desarrollando a lo largo del tiempo, incluyendo nuevas técnicas que hacían que la labor fuese más simple de llevar a cabo.

El oficio de teñir de los israelitas

Las actividades económicas del pueblo de Israel en la Biblia no eran tan avanzadas. Sus habitantes se valían de la ganadería, la agricultura y más adelante, el teñido. Después de que se repartieron las heredades entre las tribus, obtuvieron más ingresos al comercializar con la disposición de las tierras.

Ahora bien, el teñido figuró en la lista de artesanías que realizaba el pueblo de Israel. Para cumplir con ello, empleaban hilos de muchas tonalidades, fibras y lana que no solo servían al cubrir a sus pobladores, sino también en los oficios religiosos dedicados al Señor.

El teñido fue relevante si se quería que los vestidos de los sacerdotes se destacaran por encima de los ropajes que se colocaban los levitas. Los colores más llamativos eran el escarlata, púrpura, azul, rojo o carmesí. Los que se dedicaban a elaborarlos tenían que experimentar con los pigmentos con tal de conseguir el resultado más favorable.

¿Cómo se realizaba el teñido en la antigüedad?

No es un secreto que los procedimientos que los hombres de la Biblia manejaban eran sencillos a diferencia de nuestra era actual. Sin embargo, tuvieron que descubrir la manera de conseguir colorantes a través de sustancias minerales que encontraban en su hábitat. Entre la lista sobresalen la granada y los huevos del gusano carmesí.

Los colorantes provenientes de la naturaleza venían de ciertas especies de animales que arrojaban sus fluidos y que las personas debían recoger para efectuar el teñido de las prendas. No obstante, ciertos pigmentos no eran tan potentes, por lo que, era importante aplicar la mezcla sobre las telas al menos una o dos veces.

Para realizar el teñido, los pobladores remojaban los hilos en la tinta, exprimiéndolos y dejándolos secar al aire libre. Sucedía similar con las pieles de animales que después tenían que aromatizar con el fin de que se desprendieran los malos olores.

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