Pobres significado bíblico

Definición. El significado bíblico de pobres para las iglesias existe dos cuestiones que definen esta palabra. La pobreza que la eclesiología proactiva y la actitud ante los pobres.

Ambos son fundamentales por muchas razones. Primero, exponen ámbitos de reformas en el templo, también conceden un mapa dentro del que se puede desarrollar las teologías.

Modifican las cuestiones de la pobreza evangelizada, de ser solo una cosa personal a un problema de estructura y de carácter institucional. Indican de igual manera una gran reflexión teológica, es común dudar de la fe cuando se padece de pobreza o si la vez con tus ojos. Por ello, jamás debe rondar por tu mente, ya que Dios es perfecto y las cosas pasan por alguna razón.

La importancia de este tema está fundamentada en la Biblia. Pero, en las bibliografías que se han hallado no existe una unanimidad en su significado, o peor aún, en un claro mensaje bíblico. La causa no es compleja de encontrar, debido a la necesidad y el carácter desafiante de la pobreza. Es normal que haya una forma de afrontarla difícil de interpretar.

Diferencias de pobres con la Biblia

Una persona pobre no es sinónimo de sin riquezas, no es un reflejo de una clase social, es más una categoría personal que pone la fe y confianza en el señor todopoderoso. Es una forma ideal con la que la humanidad y la fe se llevan a transformarse en mística. Aquí es donde el nuevo testamento entra y nos dice que, el reino se da de buena manera a los que tienen los brazos abiertos para recibir y escuchar.

Los humildes se consideran ante los ojos de Dios como pobres, personas con la actitud necesaria en esta vida. La manera de ser de Jesús no solo daba a entender la tutela de Dios hacia los pobres, sino de la misma forma, su angustia por la salvación de los ricos.

Ellos son el reflejo de la avaricia, a cuyos la abundancia de bienes materiales genera muy difícil su salvación. Aun así, el nuevo testamento no presenta al señor Jesús como un reformador social.

El no vino a ser juez, ni mucho menos a condenar las fortunas, si no más bien llegó a exponer el peligro al que pueden caer. Un ejemplo del valor que tiene la fe es lo que hizo María. Ella derramó en los pies del mesías un ungüento que costó lo que ganaba con el salario de un año.