Lengua significado bíblico
Definición. El significado bíblico de lengua es el músculo que facilita el habla en el humano. También se considera este término en las sagradas escrituras como un idioma o dialecto de una población. El uso de la lengua, puede ser un arma de doble filo, pues, es objeto para el bien o para el mal.
En Proverbios 25:15 se afirma: 'Con la paciencia que persuade al juez; la lengua blanda tiene poder para quebrantar los huesos'. Esto ejemplifica la potencia que posee el habla humana y, sobre todo, la palabra de Dios. Para la fe cristiana es muy importante saber controlar el lenguaje. Santiago afirma en su carta: 'Si alguien que es religioso no domina su lengua, se engaña a sí mismo y su fe es falsa'.
Además, este apóstol define que el órgano del habla puede ser venenoso para todos, no solo de quien la usa. También asegura que su mal empleo desencadena acciones destructivas que contaminan el alma y que luego es muy difícil de domar.
Es importante destacar que el Señor no habla en una lengua en particular. En todos sus encuentros con los mortales se ha comunicado con el idioma propio de cada persona. Esto demuestra la omnipotencia del Padre y también separa la creencia de divisiones entre lenguas sagradas y coloquiales.
La lengua en las sagradas escrituras
En la Biblia se hace alusión a varios lenguajes que representaban ciertos pueblos. Entre los idiomas más destacados se encuentra el hebreo, el arameo, el latín, y demás. En la palabra de Dios se evidencia que la privativa de la lengua puede catalogarse como un castigo divino. Por otro lado, la restitución del habla se considera una acción mesiánica.
Durante la historia de la humanidad se han registrado miles de lenguas en el mundo. Aunque en una ocasión todos hablaron las mismas expresiones, lo que conllevó a construir la torre de Babel. Sin embargo, Dios bajó y dispersó a los habitantes por toda la tierra. Esto sucedió como consecuencia del orgullo de los pobladores de Sinear, quienes pensaron que serían famosos y alcanzarían el cielo.
Este acontecimiento marcó como punto de origen la incomprensión humana, creándose varias lenguas con el pasar del tiempo. Mucho después, la separación desapareció luego del Pentecostés y el Espíritu Santo repartió entre los discípulos la lengua de fuego. Este método de expresión tiene por objetivo dar a conocer el Evangelio en todas las naciones para alabanza y adoración de Dios nuestro señor.