Ebal significado bíblico

Definición. El significado bíblico de Ebal es desnudo o pelado. Era miembro de la casa de Seír, hijo de Sobal. Este nombre también se le asigna a un monte de los tiempos antiguos, tal vez por las características de la región se le designó esa definición.

¿Quién era Ebal y los horeos?

Los descendientes de Seír eran horeos y el padre de Ebal era un jeque importante de esa tribu. En los registros bíblicos se mencionan que tuvo otros cuatro hijos: Alván Manáhat, Sefó y Onam. Aunque es poco lo que se sabe de ellos, si se conoce que vivían en una región que captó la atención de los hijos de Esaú.

Se desconoce la ubicación actual de las montañas de Seír, que era donde habitaban los horeos. Por eso, no se sabe cuáles eran las razones que llevaron a la familia del hermano de Jacob a desear esa localidad. Puede haber sido sus tierras fértiles o el lugar estratégico donde se ubicaba.

Lo cierto es que los hijos de Esaú quisieron apoderarse de la región y lo lograron con éxito. Se enfrentaron a los horeos de forma violenta y asesinaron a muchos de los habitantes. Los que quedaron con vida fueron expulsados de su propio hogar. Ahora las montañas de Seír tenían otros dueños.

¿Por qué los edomitas (descendientes de Esaú) tomaron la tierra de los horeos?

Los edomitas eran primos de los israelitas, ya que Jacob (Israel) y Esaú fueron hermanos. A su padre, Isaías se le incluyó en la promesa que Dios le hizo a Abraham. En ella se le dijo que su descendencia llegaría a ser como los granos de arena. También, se le indicó que por medio de su hijo saldría el Mesías, que salvaría a la humanidad del pecado y la muerte.

Sin embargo, Abraham tuvo que salir de la Ciudad de Ur y vivir como nómada. Durante ese tiempo, Jehová le dijo que su familia ocuparía una tierra prospera, que manaba leche y miel. Aunque él no pudo ver el cumplimiento de esas promesas, nunca dudó que se haría realidad.

El derecho legal de primogenitura, lo tenía Esaú por ser el mayor de los dos hermanos. Sin embargo, el vendió ese derecho por un plato de comida a Jacob. Por eso, él fue quien participó en la promesa que se le hizo a su abuelo. Con el paso del tiempo, a sus descendientes les dieron la tierra de Canaán. Pero tuvieron que tomarla a la fuerza, tal como lo hicieron los edomitas.