Asima significado bíblico

asima

Definición. El significado bíblico de Asima, es una de las deidades de Hamat a la que se le introdujo en Samaria por medio de los asirios. Tal término proviene del hebreo Ashima y se traduce como cabro que no tiene pelo.

Este evento, que involucra a Asima, se llevó a cabo en el momento en el que los asirios quisieron repoblar a Samaria. Pues, ese día trajeron consigo gente proveniente de diversas latitudes. Siendo así, que cada grupo le dedicara su oración y veneración a deidades paganas.

Vídeo sobre el significado bíblico de Asima

Es así, que en Reyes 17: 30 se hace mención de este personaje de la siguiente manera 'Y los de Hamat hicieron a Asima. Los de Babilonia a Sucot-benot, y los de Cuta a Nergal'. A través de estas líneas, podemos apreciar a tres de las deidades que los colonos decidieron introducir en Samaria.

Por supuesto que, existieron muchas más como lo fue el caso de Nergal, Sukkot-Benot, Tartag y otras. Además, el nombre de Asima también aparece en algunos de los versículos de Amós en los que se habla de juramentos. Pues, se cita que aquellos que andaban por el camino de Beerseba, nunca más se levantarían.

Asima y el talmud babilonio

Cuando se habla de Asima, tiende a aparecer en ciertas inscripciones antiguas y griegas en las que a la par, se hace referencia a otros dioses. Existen papiros arameos en los que se registra a este tipo de deidades paganas a las que el pueblo adoraba.

Según los datos que arroja el talmud babilonio, podemos entrever la forma en la que se representaba a Asima. Pues, aquí se nos indica que parecía una cabra calva. A su vez, se le catalogó como la diosa de la fertilidad. Es por eso, que los pobladores le ofrecían sacrificios y ofrendas.

Todo, con el firme propósito de que les ayudase en sus metas de construir una familia que quedara para la posteridad.

Aunado a ello, es posible que el nombre de Asima se confundiera con el de Ashera, otra que también tenía amplia relación con los aspectos concernientes a la fertilidad.

Sin embargo, aquellos que alababan a deidades como Asima, no consiguieron las bendiciones provenientes del único Dios de los antiguos.

Pues, tales actos solo traían consigo el pecado y la condenación eterna. Tal y como suele indicarse en algunos de los versículos citados en el libro del Génesis y en otros más de la Biblia que son tan concluyentes.

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