Altísimo significado bíblico
Definición. El significado bíblico de altísimo se refiere a la grandeza y enorme poder de Dios, siendo lo más grande sobre todas las cosas. En diferentes pasajes de la Biblia, encontrarás este vocablo que puede verse como el superlativo de alto, haciendo alusión a Dios en las alturas.
Vídeo sobre el significado bíblico de Altísimo
Cuando utilizamos el sufijo superlativo en la palabra alto para construir altísimo, sin duda nos referimos a Dios. Esto se debe a que él está en lo más alto, por ello en el texto bíblico se menciona como señal de respeto. En consecuencia, referirse a Dios de esa manera nos hace reconocer su grandeza sobre todas las cosas y el mundo entero.
Dios altísimo o El Elyón
A lo largo de la Biblia, Dios es nombrado de diferentes maneras, el Dios del pacto, el Señor de la Justicia, dador de bendiciones. Pero, la forma más grande de referirse a él es como el Dios de dioses, Señor de señores y Rey de reyes. Esta es la traducción de El Elyón o Dios altísimo, pues sobre él no existe nada más, es la cúspide de todo lo creado.
Partiendo de que Dios se encuentra por encima de todo lo creado, una forma de demostrar respeto y enaltecerlo es mencionarlo con respeto. Por ende, el significado bíblico de altísimo hace referencia a la dimensión del creador, combinándolo con su nombre a lo largo de las escrituras. De ese modo, se refleja la magnitud de Dios, quien desde lo más alto vela por sus hijos en cada rincón del mundo en general.
Dios es grande, poderoso y altísimo
Las santas escrituras se encuentran llenas de mensajes para todos nosotros, pues vemos el respeto hacia Dios desde los libros más antiguos de la Biblia. Cuando vemos profetas como Abraham, refiriéndose al Creador como el altísimo, nos damos cuenta de la grandeza que significa Dios en nuestras vidas.
Siendo capaz de entregarnos a su hijo, para que muriera por nosotros, demuestra el tamaño del amor de Dios por toda su creación. Entonces, cuando tenemos clara la magnitud del Señor, podemos entender que Dios es mucho más grande que cualquier problema que tengamos.
Su nivel va más allá de nuestra capacidad de entendimiento y comprensión, por ello perdona nuestros pecados y tiene misericordia de sus hijos. Ese don de perdonar, entendernos y amarnos, solo lo encontramos en el altísimo, alguien tan supremo como para comprendernos y ofrecernos su reino.