Vergüenza significado bíblico

verguenza arrepentimiento

Definición. El significado bíblico de vergüenza se refiere a la consternación del ánimo, originada por haber cometido una falla o haber realizado una acción humillante y deshonrosa. Ya sea una yerra, un error por desconocimiento, o haber fallado sin malicia.

De igual manera, la vergüenza perjudica la autoestima y aumenta el sentimiento de culpa de aquel que ha caído en ella. La vergüenza se origina con la derrota, con la desnudez, con la afrenta y demás males humillantes; también posee aspectos positivos, negativos, encomiásticos, naturales, entre otros.

El término vergüenza en la Biblia se extiende y aplica para casi cualquier sufrimiento que una persona pudiera sentir o tener. Puesto que el hombre de la época de la Biblia, cuando experimentaba algo ante la mirada de otros, ocasionaba un juicio que causaba vergüenza en el que la padecía.

Así mismo, la vergüenza se relaciona con mucha frecuencia al pecado, la culpa y el remordimiento; esta se originó como consecuencia del pecado original de Adán y Eva. Pues antes de pecar, Adán y Eva no se avergonzaban de su desnudes, por lo que la vergüenza la manifestaba aquel que había caído en pecado.

Situaciones de vergüenza bíblica.

La vergüenza de andar sin vestimenta formaba parte de las consecuencias ocasionadas por el primer pecado, el cual condenó con imperfección a la humanidad. De igual forma, quien no justificara su existencia ante los demás mediante descendencia se encontraba en situación vergonzosa, sobre todo aquella que fuera estéril. También, la mujer que se quedara sola y sin marido caía en vergüenza ante los demás.

Existen en la Biblia, una amplia variedad de ejemplos de fieles seguidores de Dios que realizaron actos que les originaron vergüenza. Tal es el caso del rey David, que al tener un amorío con Betsabé, hizo que el esposo de esta muriera en batalla.

Otro ejemplo de vergüenza lo encontramos en el fiel apóstol Pedro, cuando Jesús le predijo que él negaría conocerlo en tres oportunidades y ser su seguidor. Pedro lo negó y aseguró que no sería de esa manera, sin embargo, la predicción de Jesús se hizo realidad, lo que causó en Pedro una gran pena.

No obstante, a pesar de sus errores, de haber sucumbido a las tentaciones y caer en el pecado, Dios los perdonó por sentir verdadero remordimiento y volver en él. Esto nos da la esperanza que si nos arrepentimos de verdad, con el corazón por alguna falta que nos ocasione vergüenza, Dios nos recompensa con su perdón.

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