Elección significado bíblico

eleccion

Definición. El significado bíblico de elección es la capacidad de escoger las buenas costumbres y el camino de Dios como forma de vida.

Para establecer el origen de esta palabra y su significado se debe entender que surge en el sentido hebreo, lo que corresponde a la acción de escoger o tomar una decisión.

La definición de elección a lo largo de los años ha tenido sentidos similares, pues es la selección que se realiza desde la libre voluntad personal. De igual forma, al tomar esta decisión se debe ser consciente que tendrá consecuencias positivas o negativas.

En la historia sagrada existen diversas maneras en como se representa una elección, el mejor modo de observarlo es dentro del Antiguo Testamento. Esto específicamente cuando los pueblos escogen seguir las enseñanzas de Dios y sus mandamientos, o seguir en el camino de las tinieblas.

Tal ha sido la importancia de las decisiones, que depende de estas se reciba algún castigo de parte de Dios o no. Es importante tener en cuenta que de la creación divina solo los seres humanos tenemos la capacidad de elegir.

Y aunque dentro del Antiguo Testamento se hable sobre determinados pueblos como los que pueden hacer la elección, no es limitativo. Porque todo creyente ha tomado una decisión valiosa.

La elección de Dios

Lo interesante en este caso es que es la única característica que se comparte con Dios, pues él también ha tomado elecciones tanto en el Antiguo como el nuevo Testamento. En el caso del Nuevo Testamento, se evidencia la forma en como Dios escogerá entre aquellos que son verdaderos creyentes para salvarles de un horrible castigo.

Del mismo modo, Dios hace una elección que cambia el mundo y es enviar a su hijo Jesucristo al mundo como muestra de perdón y amor. Lo que cambió la historia sagrada y fue el origen del nuevo testamento y la nueva oportunidad de los humanos para vivir correctamente.

Pero algo que se debe considerar es la relevante diferencia que hay entre la elección de Dios y la de los humanos, esta consiste en que las decisiones de Dios son siempre sabias y correctas. Esto se diferencia de las humanas, pues aunque tomar el buen camino siempre traerá cosas buenas, puede que otras elecciones no se tomen desde la buena razón humana.

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