Adopción significado bíblico
Definición. El significado bíblico de adopción es 'Poner en la condición de hijo'. Aunque no se hace referencia a él en el Antiguo Testamento, este concepto ya era manejado en el antiguo Cercano Oriente. Procedimiento que integraba a un individuo en un núcleo familiar de manera legal, adquiriendo así los beneficios, privilegios y responsabilidades que poseían los hijos naturales.
Vídeo sobre el significado bíblico de Adopción
Su aparición y principales menciones efectuadas de un modo explícito empezó a verse en el Nuevo Testamento, pero si nos fijamos detenidamente hacía mucho tiempo que ya se implementaba. Allí su uso es frecuente para hacer referencia en convertirse en hijos de Dios y así poder tener una relación más íntima con él. Dios nos dice que al ser adoptados como hijos suyos también disfrutaremos de las bendiciones, los favores y las ventajas de ser sus fieles creyentes.
Adopción en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, Pablo nos ayuda a entender mejor este concepto, al mencionar de manera específica las enseñanzas que Jesús les daba sobre lo que los hijos de Dios debían hacer y cómo tratar a sus prójimos. Por esta razón llamaba a todos los que creían en su Padre 'Hermanos'. Aquí queda demostrando que el concepto de adopción tiene muchísimos años entre nosotros.
En otros pasajes de la santa Biblia podemos identificar que Dios nos adopta en el momento que recibimos al espíritu santo. Justo allí empezamos a pertenecer a él y estar a su disposición, con todas las connotaciones que incluye, incluso, ser castigados. Pero que si seguimos sus mandamientos y vivimos nuestras vidas en semejanza a su hijo Jesucristo, tendremos una promesa a futuro, no tendremos un cuerpo mortal y sus limitaciones.
Otra historia de la Biblia en la que se aprecia notoriamente la adopción es con Moisés. En esos tiempos los egipcios dictaron la orden de que los niños debían morir, su mamá y su hermano lo colocan en una caja en el río y lo observa alejarse. Más adelante la hija de faraón lo encuentra y decide quedárselo adoptándolo como su hijo. Esto lo convierte en el segundo después de faraón con todos los derechos que eso implicaba.
Sin embargo, en el mundo hebreo no existe una palabra para adopción. Aunque más adelante si lo habría en el mundo griego y el romano, quienes manejaban una idea clara de tomar a una persona que no había sido engendrada en la familia, por lo cual no tenía ningún derecho alguno y hacerla parte del núcleo familiar por medio de la adopción.