Conciencia significado bíblico
Definición. El significado bíblico de conciencia se refiere a la capacidad interior del intelecto que juzga la integridad moral de los pensamientos, las expresiones y acciones, independientemente de los intereses o las inclinaciones de los individuos.
Vídeo sobre el significado bíblico de Conciencia
En latín, este término significa 'Conscientia'. Entendimiento o noción que posee el hombre de las buenas y malas obras. De igual manera, es aquel sentimiento interno por el cual las personas admira o juzga de manera moral sus actos.
Cada persona, independientemente de su educación, cultura o etnia, posee una conciencia. Nuestra conciencia es una pieza de nuestra alma como humanos, que nos indica cuando hemos realizado o actuado de forma negativa y hemos molestado a el Todo Poderoso.
¿Cuál es la función de nuestra conciencia?
La tarea de ella es hacernos entender, que cada vez que cometamos un pecado, molestamos a el Todo Poderoso o dañamos a otros. Trabaja como una alerta contra incendios que resuena cuando actuamos mal y se mantiene silenciosa cuando no poseemos ningún inconveniente con Dios.
Todos hemos oído la voz de nuestra conciencia en el momento que pecamos o hemos realizado algo que no compete con la naturaleza sagrada, buena y amorosa de Dios. Por nuestra conciencia, nos damos cuenta de la desemejanza que existe entre lo bueno y lo malo.
Luego de que somos ilesos, el Todo Poderoso existe en nuestra alma, y nuestra ética es aún más sentimental y funcional que antes. Nos indica cuando hemos fallado y cuando nuestras faltas crean una dificultad entre nosotros y el Señor, lo cual impide nuestra eucaristía con Dios.
Para un cristiano, este vocablo no es únicamente un espacio privado en el cual la persona medita consigo mismo antes de aceptar una determinación moral. La conciencia es también la ascensión del ser, la cual permite a la persona juzgar y reflexionar con la contemplación misma del Señor.
¿Qué es tener la conciencia limpia?
Al venir al mundo, nuestra conciencia se encontraba limpia, sin inmoralidad ni sentimiento de error. A lo largo del tiempo, empezamos a aprender de lo que es correcto y lo que está mal. Una conciencia limpia representa una moralidad hueca de la culpa de un mala acción.
Con la moralidad serena, logramos estar ante el Señor y los individuos sin inculparnos de impedir nuestro vínculo con ellos. La conciencia es limpia, cuando consigues decir con valor que no existe un individuo vivo que haya sido lastimado por tus actos.