Heredad significado bíblico

heredad terreno

Definición. El significado bíblico de heredad es la denominación que se le da a una propiedad que es heredada a otra persona. En hebreo había 5 palabras con las que se podía decir herencia, pero, en general, se empleaba con mayor frecuencia najalâh.

Vídeo sobre el significado bíblico de Heredad

Heredad en los santos textos

El término heredad en la Biblia suele representar a las porciones de tierra que se les asignó a las familias de Israel. En el momento en que estos se establecieron en la región de Canaán. En algunos escritos se le aprecia como herencia, mientras que en otros era parcela.

Según las leyes, el pedazo de terreno tenía que permanecer en posesión de un miembro original del grupo familiar. De tal modo que servía como un depósito de Jehová, por lo que no se podía vender a otro individuo.

La única manera de pasar la vivienda a otros era en caso de que el dueño se encontrara en una situación delicada en lo financiero. Sin embargo, la venta era temporal y se añadía un derecho de redención, en el que se podía adquirir de nuevo.

La heredad la cobraba, en la mayoría de las ocasiones, el primer hijo de la pareja, quien tiene el derecho de la primogenitura. El cual, recibía una doble parte de la herencia total de su padre.

Si un hombre no tenía descendientes varones, la heredad pasaba a su hija mayor. Quien, al casarse con cualquiera de su propia tribu, podía mantener sus propiedades.

Herencias conocidas

Cuando alguien que dejaba herencia no poseía ningún descendiente. Un pariente cercano podía asumir la responsabilidad. Que debía redimir su parte, además de ello tenía que someterse al levirato.

Esto era una ley que obligaba al pariente a desposarse con la viuda del muerto. Así mismo, al tener el primer hijo, este debía ser nombrado con el apellido del esposo original, con el objeto de mantener todo en la misma casa.

Ocurrió con Rut, quien era mujer de uno de los hijos de Elimelec. Pero luego de su muerte, su suegra la emparejó con Obed, un primo.

Otro relato importante sobre una heredad fue el de Jacob, a quien Dios escogió a pesar de ser el segundo. Así pues, se aprovechó de que su papá, Isaac, era ciego y lo engañó. Por lo que se hizo pasar por Esaú su hermano para obtener la bendición.

De tal forma que se quedó con la primogenitura y heredó las mejores tierras

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